
Introducción:
Las fundas nórdicas son mucho más que una pieza de ropa de cama: son el corazón del descanso. Cuidarlas correctamente no solo mantiene su aspecto bonito, sino que también prolonga su suavidad, color y frescura durante años. En este artículo te contamos cómo cuidar tus fundas nórdicas —especialmente si son de tejidos naturales como algodón o lino— para que te acompañen mucho tiempo.
1. Lávalas con cariño, no con prisa
Lava tus fundas nórdicas cada dos o tres semanas. Usa programas suaves y agua templada (máximo 30 °C), evitando centrifugados muy intensos. Si tu funda es de algodón o lino lavado, un ciclo delicado mantendrá la textura natural del tejido.
2. Menos es más: elige detergentes suaves
Evita suavizantes y detergentes agresivos. Los jabones naturales o neutros ayudan a conservar las fibras y el color original. Un pequeño truco: añade media taza de vinagre blanco en el aclarado final, actúa como suavizante natural y elimina residuos.
3. Seca al aire siempre que puedas
El sol y el aire son los mejores aliados para mantener las fibras vivas. Tiéndelas a la sombra si son de colores claros, y evita secadoras, ya que pueden encoger o dañar los tejidos con el tiempo.
4. Plancha ligera o vapor: el toque final
Si te gusta un acabado impecable, plancha a temperatura media o utiliza vapor mientras la funda está ligeramente húmeda. En tejidos naturales, las pequeñas arrugas también son parte de su encanto.
5. Guarda con mimo
Cuando cambies la ropa de cama de temporada, guarda las fundas limpias, dobladas y en bolsas de algodón o lino. Evita el plástico, ya que impide que el tejido respire y puede producir humedad.
Conclusión:
Cuidar tus fundas nórdicas es una forma de cuidar tu descanso. En Parannapanemahome, creemos que cada pieza debe acompañarte durante años, manteniendo su suavidad, su forma y su belleza natural.
